La Bodega de Herdade do Freixo, construida en profundidad, a 40 m por debajo del viñedo, tiene una arquitectura audaz e inesperada firmada por el Arq. Frederico Valsassina. Una visita a la Herdade permite disfrutar del paisaje vitivinícola, descubrir la arquitectura y el funcionamiento de la bodega y degustar los vinos que allí se producen.